En los años 90, a partir de investigaciones llevadas a cabo por Elaine Aron se comenzó a utilizar esta expresión, que no corresponde a un término psicopatológico sino a una caracterización de un estilo de personalidad. Se estima que entre el 15 y el 20% de la población presenta esta modalidad caracterizada por una elevada sensibilidad sensorial, emocional y gran profundidad en el procesamiento de los estímulos.
¿Cómo es una P.A.S.?
-Sus sentidos están agudizados. Su capacidad de observación les permite detectar cosas que a los demás les pueden pasa desapercibidos: el sonido, las luces, los aromas, los sabores, la percepción de detalles, etc.
-Sus emociones y su creatividad están muy desarrolladas. Sensibilidad hacia lo sutil.
-Gran profundidad de procesamiento de los estímulos. Captan todo. Son esponjas. Facilidad para captar el malestar ajeno.
-Les puede llegar a costar estar en lugares muy concurridos, con mucha gente o ruidos fuertes. Esos lugares los agobian o les generan directamente algún nivel de malestar como dolor de cabeza, cansancio o agobio.
-Puede costarles la concentración y sufren en extremo por tener cosas pendientes.
–Son reservadas. Generalmente no se nota esa forma de ser, porque la persona no expone su sensibilidad a todo el mundo.
-Son muy susceptibles a la presión del entorno. Se sienten agobiadas cuando están bajo presión por su gran captación de la expectativa de los demás sobre ellos.
-Se estresan demasiado y sufren ansiedad con pequeñas cosas.
-Gran sensibilidad por lo artístico.
-Muy sensibles al dolor y a la violencia. (Les cuesta ver una película en la que se expongan imágenes con ese contenido).
-Gran vida interior, que les genera un refugio del mundo. Por eso la necesidad de procurarse tiempo en soledad, el cual disfrutan enormemente.
-Hay un exceso de empatía que tienen que saber administrar, para no saturarse. La zona de la empatía está hiperdesarrollada.
-Pueden ser sensibles a la manipulación si no identifican patrones tóxicos.
-Son personas con una riqueza interior muy elevada que muchas veces consultan para poder acompañar esa sensibilidad y no quedar captados por las demandas del mundo externo.
“La alta sensibilidad existe cuando una persona posee un sistema neurosensorial más desarrollado que la mayoría de la gente, con lo cual la persona recibe en proporción, mucha más información sensorial simultánea que alguien simplemente con una sensibilidad media. Debido a este exceso de información que las personas altamente sensibles tienen que procesar, puede dar lugar a una saturación sensorial, donde se pueden dar situaciones de bloqueo en esa persona importantes, un estrés crónico que la persona no es capaz de controlar, pudiendo dar lugar a patologías asociadas a tal saturación sensorial”. Elaine Aron
El desafío para quienes se encuadren dentro de esta caracterización es poder gestionar esa sensibilidad y poder procesar en forma saludable todo lo que absorben sensorialmente del entorno dada su tendencia a sobre-estimularse o de saturarse.
En la consulta clínica me encuentro con personas altamente sensibles con cuadros de ansiedad, estrés y afecciones psicosomáticas difíciles de diagnosticar. Es común que consulten cuando se produce un agotamiento, como si quedaran desvitalizadas, sin entender qué es lo que les pasa.
Es habitual que estas personas pasen años sin un diagnóstico preciso y una vez identificado este patrón de personalidad, responden muy bien a la terapia psicológica.
Ideas que pueden ayudar:
- Autorregistro. Autoobservación. Es clave para entender esa sensibilidad y para identificar momentos de saturación.
- Terapia psicológica. Para poder procesar y canalizar toda la información sensorial y emocional.
- Tiempo en soledad. Es clave para lograr una conexión interior sin interferencias de terceros. A una P.A.S. la presencia de otros tiene una influencia muy fuerte, por eso el verdadero momento de conexión consigo mismas es cuando están solas. Necesitan ese espacio para procesar la gran cantidad de estímulos que reciben (A veces difícil de entender por el entorno).
- Explorar actividades que puedan ser reparadoras hasta encontrar alguna que sea la adecuada para uno mismo: yoga, canto, baile, teatro, pintura, etc.
- Hacer actividades corporales.
- Meditación.
- Aprender a preservar la energía vital protegiendo su campo electromagnético: (ejercicios de bioenergética).
- Estar en contacto con personas empáticas y alejarse de situaciones tóxicas.
- Aprender a decir que no frente a un exceso de demanda externa. Es importante que puedan tener mayor manejo de situaciones en las que tienen que poner límites a las presiones de los demás, cosa que les cuesta mucho, pero lo pueden adquirir.
- Contacto con la naturaleza.
“No intentes jamás curar un cuerpo sin antes haber curado el alma”. Hipócrates
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Lic. Valeria Bedrossian
valeriabedrossian@gmail.com
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Excelente muchas gracias
Gracias por tu comentario
Hola supongo que soy PAS y quisiera hacer terapia con alguien especializado en el tema en CABA. Podrían darme información? Gracias
Hola! Cómo estás? podés contactarte a mi mail y te puedo orientar. valeriabedrossian@gmail.com Saludos.
tengo 76 años, un medico psiquiatra, a los 12 años luego de un estudio algo complejo, me diagnostico, una alta sensibilidad. Junto a mi madre nos comento que esta caracteristica tenia 2 caras. en un aspecto positiva y otra no tanto por lo cual me dio una serie de consejos de como tenia que cuidarme. En aquella epoca no se hablaba de este tema. pero ests medico era muy especial un hombre mayor y profesor de la universidad,tuve desde muy pequeño una vida dificil. Era un marciano para todos. no quiero aburrir con el relato. Quisiera contactarme con Valeria y tambien con gente pas grupalmente. Muchas gracias, Carlos Daffra.