¿Cómo protegernos frente a lo amenazante?

Lo que generan los eventos críticos, tal como el que estamos atravesando, es una sobrecarga de las capacidades de adaptación. Muchos autores han denominado a estos procesos “disruptivos”.

“Todo evento o situación con la capacidad potencial de irrumpir en el psiquismo y producir reacciones que alteren su capacidad integradora y de elaboración” (Benyakar).

Lo disruptivo es el quiebre de la vida tal como era hasta el momento. Es la ruptura de los lazos habituales que amenazan a todos nuestros sistemas, internos y externos. 

Me pregunto qué recursos podemos poner en juego para evitar -en la medida de lo posible- una ruptura subjetiva, un quiebre interno, una destrucción psíquica de nosotros mismos.

¿Podemos blindarnos psicológicamente?

Blindar: Proteger del acceso de una acción no deseada. Defender, fortificar, resguardar.

Una de las capas del blindaje psíquico que podemos fortalecer es aquella que tiene que ver con no dejar de ser uno mismo, conectarme con aquello que me define. Reconocer lo que me pasa, darle lugar a lo que siento. Sólo así será posible elaborar la angustia de lo inesperado y fortalecerme.

Toda acción que permita sostener algún nivel de continuidad vital es esencial: leer, cocinar, escribir, bailar, crear, jugar con los hijos, incluso hacer una clase de gimnasia o aprender algo nuevo. La expresión a través de estas actividades intenta sostener capas internas que no deberían quebrarse, ya que las capas externas (rutina, instituciones, entorno) están alteradas.

Es central afianzar la propia valoración, los recursos emocionales y las relaciones. Estos son algunos de los pilares de la resiliencia

  • Afianzar la expresión de lo que soy, lo personal, lo que me gusta, lo que quiero. 
  • Fortalecer los lazos que otorgan familiaridad. No aislarse emocionalmente.
  • Ante una crisis es central definir soluciones transitorias a problemas que vayan surgiendo, pequeñas rutinas, esquemas de acción. Armar esquemas de colaboración. Potenciarnos.
  • Los momentos caóticos requieren liderazgos empáticos, pero firmes y consistentes. Reconocimiento y un plan a seguir. El armado de encuadres contiene la angustia del caos.
  • Definir acciones de cuidado (frente al virus), pero no estar todo el tiempo haciendo referencia a ello. (Por ejemplo, entre familiares, «ponete el barbijo», «acordate de lavarte las manos», «no te acerques a nadie si salís a caminar», «cuidado». Son acciones que deben incorporarse pero no pueden ser tema todo el tiempo.
  • Sentirse útil en algo. Sentirse útil tiene acción terapéutica, siempre.
  • Registrar y validar mis emociones negativas, pero no quedarnos estancados ahí. Si no puedo salir del pánico, la angustia, el miedo, las conductas adictivas, el insomnio, etcétera, pedir ayuda.
  • Fortalecer y alimentar amigos, redes.
  • Preguntarme qué puedo ver diferente desde esta perspectiva. Qué cambiaría de mi vida cuando esto termine.
  • Los marcos grupales de interacción son muy importantes. 
  • Definir proyectos. Chiquitos y cercanos así como otros más ambiciosos. Siempre tener un horizonte de motivación.

Esas expresiones de mismidad aseguran una continuidad psíquica, que es lo que tenemos que preservar. 

La respuesta a los eventos disruptivos atraviesa por fases. Por lo tanto, es importante permitirnos, aún teniendo una respuesta activa y positiva, momentos de inestabilidad, temores, ansiedades. Esto no es, en sí, una respuesta patológica, sino que también se trata de poder elaborar algo de este caudal de estrés y dar lugar a otras etapas de mayor estabilidad anímica. 

La permanencia en el tiempo de la identidad es un factor relevante. Es esencial. 

Es muy dañino para el psiquismo estar todo el tiempo sometido al mensaje de indefensión.

El foco debe estar en aumentar la inmunidad emocional, física y espiritual manteniendo una continuidad con nosotros mismos.

Laing (1961) define a la identidad como “aquello por lo que uno siente que es él mismo, en este lugar y este tiempo; es aquello por lo cual se es identificado”. 

La situación de crisis, al romper el flujo de lo continuo, al quebrar estructuras de funcionamiento, obliga a una readaptación, a un replanteamiento existencial y -por qué no- a la construcción de un nuevo sentido. 

 


Lic. Valeria Bedrossian

valeriabedrossian@gmail.com
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Comentarios

  1. Sonia Elizabeth Dura Rodriguez dice:

    Muy bueno tu artículo Valeria.
    Estos momentos ponen a prueba nuestra fortaleza interior; lo esencial es tener un norte.
    En algunos casos será el trabajo, en otros pequeñas rutinas .
    Pero lo más importante es pensar que siempre… siempre hay un mañana y cómo nos encuentre es responsabilidad nuestra.
    Besos grandes.

    1. Valeria dice:

      Gracias Sonia, muy lindo lo que decís de motivarnos con diferentes cosas, y recordarnos que siempre hay un mañana. Es un desafío como cada uno enfrenta este momento con sus recursos. Y también darse lugar para aflojar por momentos para luego seguir fortalecidos. Un abrazo.

  2. Karina dice:

    Hola Vale. Muy buen artículo, muy claro. Creo que todo está en ser fuertes, atentos a nuestra mente para no decaer y día a dia buscar la manera de estar lo mejor que se pueda. Y darse el lugar a sentir y expresar todas las emociones que florecen , que muchas veces con la vida que llevábamos, a mil, nos los tapabamos.

    1. Valeria dice:

      Si Kari, gracias por tu aporte. Es importante darnos el lugar de expresarnos y conectarnos con lo que sentimos, es una forma de ir elaborando todo esto. Eso también, contrariamente a lo que parece, es una forma de fortalecernos. Un beso

  3. Mariana dice:

    Excelente artículo e impecablemente escrito como siempre. Son los nuevos desafíos en estos tiempos que corren, resguardar la psiquis y mantenerse activo. Muchas gracias Vale.

    1. Valeria dice:

      Gracias Mariana, tal cual lo que decís, desafíos que vamos afrontando y confiando en nuestros recursos. Un abrazo.

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