Las situaciones disruptivas (el aislamiento por un virus, una catástrofe natural, o una crisis colectiva), pueden representar, para el psiquismo, una amenaza que genere la irrupción de miedos y ansiedades; pero al mismo tiempo, si uno está dispuesto a conectarse más profundamente, puede ser una oportunidad para que se nos manifiesten ciertas revelaciones.
Es una instancia en la que muchas “verdades” acerca de nosotros mismos, toman protagonismo. En el silencio de nuestras casas, en la ausencia de ciertas rutinas, en otra dimensión del tiempo, en la intimidad con uno mismo y en nuestras relaciones. Todo se ve aumentado. Esas dimensiones, generalmente ocultas en la rutina diaria, nos permiten distraernos y dejar de lado lo sutil, lo íntimo, eso que nos habla en silencio, que ahora no podemos dejar de ver. Y que contiene, debo decir, un potencial enorme para nuestro crecimiento personal.
La verdad habla más fuerte en momentos como éste. Verdades sobre nosotros mismos, sobre nuestras relaciones. Es un momento de enfrentamiento con la desnudez en la que lo más auténtico de nosotros mismos se hace presente.
Estas situaciones que nos recuerdan que no somos omnipotentes, también pueden representar un desafío para preguntarnos desde dónde nos construímos, desde qué pilares nos potenciamos.
Determinadas personas, actividades y relaciones adquieren, para nosotros, un valor diferencial, nos otorgan un verdadero sentido. ¿A quién darías tu primer abrazo luego del aislamiento? ¿Qué no podés dejar de hacer en este tiempo en suspenso? ¿Con quién te sentís más seguro? ¿Qué es lo que más extrañás de la vida ordinaria? ¿De qué aspectos de esa vida que tenías, podrías prescindir?. ¿Quiénes serían los invitados a esa cena de amigos con los que verdaderamente sentís que podés contar?.
Una oportunidad también de redescubrirnos. De “mezclar y dar de nuevo” en ciertas cosas.
Aquí, como en otros momentos de la vida, cada quien libra su propia batalla. Una batalla que para los demás pasa completamente inadvertida. Ese desafío es personal, así como también decidir si vamos a permitir vernos atravesados por esta experiencia desde un lugar transformador.
“La cueva oscura donde temes entrar es donde está tu tesoro”.
-Joseph Campbell-
Lic. Valeria Bedrossian
valeriabedrossian@gmail.com
Facebook | Instagram | LinkedIn | Twitter
Excelente como siempre. Tus palabras reflejan el sentir de estos días.
Marian! Gracias por compartir tus impresiones. Como que uno se conecta con los otros mundos que tiene; el de afuera es uno de los mundos, pero no el único. Y cuando los otros mundos son ricos, no es tan terrrible. Ahí no hay noción de “encierro”. Pasan muchas cosas. Un abrazo.
Una vez más Vale, resueno con tus palabras.
Este tiempo pinté, dibujé, modelé con barro, tejí, y volví a hacer todo eso más de una vez.
Durante la rutina anterior a la cuarentena, no me permitia darle tiempo a todo eso porque mandatos, costumbres, creencias y necesidades me dicen que no son actividades productivas, necesarias, y aprendí que primero esta lo importante y todo esto no lo es. El problema es que todo esto es lo que me gusta más hacer, lo que disfruto.
Tambien disfruto mi trabajo, que por suerte pude tener la claridad de estudiar una profesión que me apasiona. Asi que no es que fuera de este tiempo la paso tan mal.
El tema de lo «productivo» es que aprendí que es todo aquello que da dinero. Y… que dificil es soltar esas creencias.
Este tiempo de pronto descubrí que podia tener en lo cotidiano un tiempo y un espacio para mi taller de arte, asi de variado, con todos esos materiales y me faltan más.
Siento que este tiempo es un regalo que la vida me hace diciendome: -«HACE LO QUE TENGAS GANAS».
Maia, qué hermoso lo que decís! Tu descripción de lo productivo y los condicionamientos que nos alejan de esas cosas genuinas que nos definen. Justamente a eso refiere lo que sentí al sentir el tema del artículo. (Algo así como preguntarme: qué fue lo primero que me dió ganas de hacer al no tener que dedicar tanto tiempo a “lo productivo”?.). Y sentí: “Hay algo muy primario allí. Es lo verdadero. Sacale una foto, que no se te pierda cuando todo pase”. Que esto que nos sucede deje esa huella de conexión con nosotros mismos. Me encanta que podamos experimentar, más allá de la parte dramática de la pandemia, este regalo que nos da la vida. Un abrazo!
perdón licenciada por mi insistencia , de acuerdo a mi forma de ver como he vivido muchas cosas no las volvería a hacer , no perdería mi tiempo en cosas sin importancia , ejemplo , dejarme llevar por cosas que sabia no me interesaban , y quedar bien con gente que tampoco eran importantes para mi
antes de mi cuarentena ya tenia decidido este cambio , pero en síntesis y como antes ya lo hice , debo confesar en busca de ayuda que le temo mucho a mi salud mental , el encierro , se que aunque muchos podemos cambiar actitudes y costumbres , pero hay muchas personas que van a sufrir consecuencias severas , gracias por dejarme plasmar ese temor
diana Farias
Qué bueno tu comentario y la sinceridad, eso ayuda a muchas personas. Es cierto que uno se replantea todo y ya las cosas no se pueden medir con la escala anterior porque todo cambió su valor para nosotros. Incluso no es el momento para reprocharnos porque esto sería “hacerlo con el diario del lunes”. Cada uno hace lo que puede. Es importante ser muy tolerantes con nosotros mismos, hay días que uno se siente muy bien, (se entretiene, incluso los disfruta) y otros en los que parece no poder soportar más la cuarentena. Esa inestabilidad es normal en este momento y en este contexto. Conservar la salud en todo sentido es un desafío y para ello también es esencial contar con otros. Las relaciones también pueden ayudarnos a sostenernos. Un abrazo!
Excelente el artículo! Me encantó! Creo que en este aislamiento todo cobra otra dimensión. «Saca lo mejor y lo peor que tenemos las personas», por ser una situación inédita y límite…
Nos ponemos a pensar en el café que nos quedó pendiente, pensando que podríamos tener la oportunidad de concretar el encuentro » Cualquier día de estos», y justo vino la cuarentena… Eso pone en evidencia la importancia de priorizar los afectos, sin duda.
Gracias Lore! Sí, tal cual. Hay quienes dicen que cuando todo vuelva a la normalidad, (esperemos que suceda), uno se olvida de estas cosas. No creo que estas circunstancias pasen desapercibidas para nuestro psiquismo. Todo se revaloriza y esto deja una impronta, que también pone las cosas en la escala que corresponde. Un abrazo! Y tomaremos nuestro café ansiado.