“Si una rana es arrojada en una olla de agua hirviendo, su reacción es saltar. Su instinto es salvarse.
Si esa misma rana es colocada en una olla de agua fría, y se procede a calentar gradualmente el agua, la rana se va acostumbrando.
Es tan sutil el desgaste que sus mecanismos de alarma y defensa se van debilitando.
El agotamiento progresivo, la pérdida de conciencia van llevándola hacia su propia muerte, perdiendo capacidad de reacción.”
Esta fábula de Olivier Clerc es una de mis preferidas para trabajar en las sesiones de terapia como analogía de los mecanismos que nos impiden reaccionar a lo que nos daña.
Puede ser aplicada a cualquier ámbito (personal, laboral, social, político).
Los invito a leer el artículo completo en la página de Clarín ?
Lic. Valeria Bedrossian
valeriabedrossian@gmail.com
Facebook | Instagram | LinkedIn | Twitter