El miedo al éxito

“Me convocaron para participar como orador en un evento muy importante. Sé que tengo la capacidad para hacerlo, pero hay una parte mía que siente que no voy a poder sostenerlo. ¿Tendré miedo al éxito?”.

Estamos tan acostumbrados a la estética heroica de la frustración, a la poética del lamento y de la queja, al “sentimiento trágico de la vida” del que hablaba Miguel de Unamuno, que cuando “nos va bien” nos puede llegar a costar aceptarlo naturalmente. Porque permanecer mucho tiempo en el malestar modifica nuestro cableado emocional y nuestras formas de pensar, nuestras relaciones, identificaciones, ciertas costumbres, reproducen una especie de zona de confort (aunque, en rigor, sería una “zona de disconfort”) de la que es difícil salir cuando la situación cambia. El ser humano tiene tanta capacidad adaptativa que hasta al malestar se acostumbra y “se acomoda”, naturalizándolo.

El culto al malestar, la lealtad a los mandatos de “imposibilidad”, anula darle lugar a las oportunidades de crecimiento.

Esta condición que llamamos “miedo al éxito” se manifiesta a través de mecanismos inconscientes que funcionan como resistencias que llevan a esquivar, postergar o evitar las conductas que nos permitirían alcanzar ese éxito (lo que muchos llaman autoboicot). En función de estas resistencias uno se puede encontrar con las más creativas, insostenibles e infundadas excusas:

-Tengo la posibilidad de aplicar a un puesto soñado, pero que puede requerir que tenga que viajar al exterior algunas veces al año. ¿Qué pasa si lo consigo y la relación con mi familia termina resintiéndose?

-Soy músico, y muy bueno. Una banda muy famosa me ha ofrecido contratarme para que los acompañe como invitado en una gira internacional y, tal vez, quedar como miembro permanente. Nunca pensé que esto me pudiera pasar y sería cumplir un sueño. Pero tengo miedo… A esta altura de mi vida, meterme en algo tan loco… ¡No sé si tiene sentido!

-Soy actriz vocacional, como mi madre. Pero nunca me animo a presentarme a cástings de cine o televisión por miedo a “volverme famosa”. No me gustaría pensar que “superé” a mi madre cumpliendo un sueño que ella no pudo cumplir.

-En secreto, sé que me sobra capacidad para el puesto al que aspiro. Pero al mismo tiempo siento miedo de que, una vez obtenido, descubra que no estaba “tan” capacitado y quedar en ridículo.

-Sí, he publicado muchos artículos en revistas y han tenido muy buena repercusión. Ahora me ofrecen escribir un libro y estoy paralizado. ¡Un libro es otra cosa! ¡Es algo mucho más importante!

-Estoy enamoradísimo de X, pero no puedo avanzar. Sé que si después la cosa no funciona voy a sufrir muchísimo. Prefiero ahorrarme el sufrimiento de entrada.

-En la fiesta de un amigo conocí a la actriz X y pegamos mucha onda. Mi amigo me llamó al día siguiente para decirme que X quedó muy interesada y me pasó su whatsapp. Sí, parece una película, pero ni loco saldría con una mina que es deseada por todos los hombres del país. ¡Viviría enloqueciéndome de celos!

Hay una frase de Freud al respecto que es muy gráfica: “los que fracasan al triunfar”, que hace referencia a aquellas personas que no pueden tolerar el éxito. Por eso dice -irónicamente- que el triunfo termina siendo un fracaso, como si no estuviera permitido en su estructura anímica.

Más allá del psicoanálisis, es muy interesante pensarnos a la luz de estos conceptos para poder permitirnos los logros, asimilar el bienestar, y disfrutar de los momentos de felicidad, sin boicotearnos con pequeñas cosas que puedan aparecer en nuestro entorno.

“Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin límite. Es nuestra luz, no la oscuridad lo que más nos asusta”. Nacemos para poner de manifiesto la gloria del universo que está dentro de nosotros, como lo hacen los niños. Has nacido para manifestar la gloria divina que existe en nuestro interior.

Marianne Williamson


Lic. Valeria Bedrossian

valeriabedrossian@gmail.com
Facebook | Instagram | LinkedIn | Twitter

Comments

  1. Margarita Diana farias comentó:

    Qué bueno encontrarme con este tema. Me siento muy identificada con esa problemática. Me tiemblan las piernas por la descisión que tomé (dejar un negocio de 47 años para dedicarme a otras cosas, , mejorar mi calidad de vida, tener tiempo libre, etc) … Resulta que ya se concretó el cambio y ahora me cuesta adaptarme a la nueva situación. Lo que siempre soñé, lo que quería lograr lo estoy obteniendo y me vienen a la mente los peores escenarios, como si esto en cualquier momento se arruina, como si no me pudiera «merecer» estar tranquila, tener tiempo para mis hijos, nietos, para hacer un curso…todo me parece «demasiado» para mí. Como que en cualquier momento se va a terminar la fiesta. Me sirve mucho esto de los mandatos porque creo que en mi familia siempre todo se logró con sacrificio y no sé lograr las cosas de otra manera. Ese aspecto me hace mucho sentido con lo que estoy atravesando. Gracias por abordar esta temática. Me quedo pensando mucho!

    1. Valeria comentó:

      Me alegro mucho que el desarrollo del tema te haya servido para no sentirte tan rara con todo lo que estás atravesando. Es un cambio muy brusco luego de toda una vida y hasta lograr un nuevo equilibrio se van calibrando muchas cosas internamente. En esas etapas se suele sentir mucha inestabilidad porque es verdaderamente un cambio de paradigma y, por momentos, uno tiene resabios del modelo anterior y ahí tiembla toda la estructura. Lo que se necesita es una dosis de confianza para afrontar esos momentos. Un abrazo!

  2. Lucía comentó:

    Genial el tema! A mí me pasa que cuando me felicitan por un trabajo, me cuesta asumirlo. No me puedo hacer cargo del elogio. 🙁 El otro día mi jefa me citó para una reunión…estuve 3 días pensando casi que me iban a despedir y resulta que me felicitó por un trabajo que venía haciendo hace un tiempo.
    Luego de eso me pide un trabajo de mayor complejidad (en diseño que es lo que hago) ..y yo lo primero que pienso es…»ahora se va a dar cuenta que en verdad no soy tan buena». Esto del miedo al éxito está relacionado con la inseguridad?.

    1. Valeria comentó:

      Lucía, es muy atinado lo que decís en relación al tema del artículo porque «el miedo al éxito» lo tomo como un gran paraguas en el que entran muchos subtemas relacionados, como autoestima, inseguridad, falta de confianza, sensación de no merecimiento, etc. Esto que comentás está relacionado con la inseguridad o la falta de conciencia de la propia capacidad, como si uno se identificara más con el mito del perdedor que con la posibilidad de logro/éxito. Darse cuenta es un primer paso para que esta cuestión no nos tome y poder pararnos en otro lugar respecto a nosotros mismos para que nos puedan pasar otras cosas más gratificantes. Es posible. Saludos y gracias por aportar con tu comentario.

  3. Tamara Gabarret comentó:

    Me encantó el tema y el enfoque. ..me gustan mucho tus artículos Valeria Bedrossian…seguí escribiendo… gracias

    1. Valeria comentó:

      Gracias Tami! Sabés cuánto me alegra poder aportar con estos temas que me apasionan. Complementar la riqueza de todo lo que vivo en el consultorio para compartir los temas desde otro lugar, también muy estimulante. Un abrazo.

  4. Marcelo L. comentó:

    En línea con la ironía de don Sigmund, me atrevo a citar a Alejandro Dolina, en su «Elogio del Fracaso» (Crónicas del Ángel Gris):

    «Ya mismo hay que decir que existieron personajes extremos, capaces de llevar estos curiosos criterios hasta los distritos de la locura. Así, ciertos sujetos obtusos no se contentaron con soportar el fracaso: lo buscaron apasionadamente.

    Pero si encontrar lo que se busca es un éxito, buscar el fracaso conduce irremediablemente a la paradoja: si uno no alcanza el fracaso, padecerá el éxito; si uno lo alcanza, habrá obtenido lo buscado y eso también es el éxito.»

    No creo que aporte mucho, pero es mi forma de decir que el artículo me gustó mucho. Saludos.

    1. Valeria comentó:

      Aprecio mucho tu comentario haciendo referencia a las paradójicas reacciones que producen el «éxito» y el «fracaso», que no dejan de ser construcciones de un colectivo y admiten tantas acepciones como personas que lo quieran definir. Incluso hay autores que refieren el éxito como el propio camino de búsqueda, como puede serlo el tomar conciencia del propio deseo; (algo así como «el viaje del héroe de cada uno». Gracias por tu aporte.

  5. Laura comentó:

    Vale me encanto y te puedo asegurar que pase ese miedo a lo que podría en lo nuevo que se viene,y HOY todavía sigo con algún temor,inseguridad. Te repito me encanto leerlo . Un beso grande.

    1. Valeria comentó:

      Laura me alegro mucho que te haya gustado encontrarte con este tema en este momento de cambios, de miedo y de la adrenalina de lo que se viene. Hay algo del patear los tableros que tiene que ver con la inconsciencia. Sin esa dosis de inconsciencia y de confianza, no nos animaríamos a emprender cosas que implican romper esos moldes establecidos. Te mando un abrazo!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.