El complejo de Jonás y el miedo a la propia grandeza

Cuántas veces, ante algo excepcionalmente bueno que nos sucede, expresamos: 

“No puedo creer que esto me esté pasando”. “No estoy seguro si esto es lo que quiero verdaderamente”. “¿No será demasiado para mí?”. “Mejor me quedo donde estoy, que estoy bien”.

Estamos tan acostumbrados a la estética de la frustración, a la poética del lamento y de la queja, que cuando “nos va bien” nos puede llegar a costar aceptarlo naturalmente. Es como si estar mejor nos produce una conmoción interior que nos paraliza.  

Este fenómeno psíquico ha tenido múltiples interpretaciones: 

 “Uno no se permite ‘demasiado bienestar’. ¿Por qué? Porque, en muchos casos, “uno no puede esperar del destino algo tan bueno”. 

Desde el psicoanálisis, la paradoja que algunas personas revelan es que caen en un malestar no cuando algo les ha sido negado, sino justamente cuando les ha sido concedido. “Se angustian al alcanzar el éxito”.  

Pareciera que hay que preparar el psiquismo para acoger lo bueno. 

Hay una frase de Freud al respecto que es muy gráfica: “los que fracasan al triunfar”, que hace referencia a aquellas personas que no pueden tolerar el éxito. Por eso dice -irónicamente- que el triunfo termina siendo un fracaso, como si no estuviera permitido en su estructura anímica. 

Es decir que los que fracasan al triunfar serían un tipo especial de personas que presentan un modo de relación con el deseo, una forma de goce, en la que, de alguna manera se procura que el deseo largamente nunca se cumpla. Sólo estaría permitido anhelarlo, no así lograrlo. 

Sin llegar a este extremo de restricción, en muchas personas, este fenómeno se expresa en la aparición de resistencias, precisamente a la hora de asumir los logros, de acceder a lo deseado.

El psicoanálisis nos da una pista para ubicar esto que es totalmente inconsciente para el sujeto: la satisfacción por haber llegado tan lejos se mezcla con el sentimiento de culpa. 

La culpa de trascender a los padres, de desoír quién sabe qué mandatos ancestrales, el atrevimiento de querer evolucionar y trascender se paga con autorrestricción y boicot.

La explicación de esta condición estaría dada, desde esa perspectiva, por una culpa estructural que varía de un sujeto a otro. En esos casos, el trabajo analítico (en una terapia) procurará hacer lo suyo para permitir a esa persona admitir la concreción de lo deseado, asumir algo del orden de lo exitoso sin boicotearse por la culpa. 

Complejo de Jonás

El psicólogo Abraham Maslow (uno de los padres de la Psicología Humanista y Transpersonal) acuñó el término “Complejo de Jonás”, para referirse precisamente a este fenómeno por el cual, al igual que tememos lo peor de nosotros, tememos también a lo mejor de nuestra interioridad: el miedo a la propia grandeza. 

Crea la expresión a partir de una figura bíblica del antiguo testamento: 

Jonás, una persona común, un día es llamada por Dios, quien le ordena que vaya a Nínive para que les advierta a sus habitantes que la malicia de esa ciudad había llamado su atención. Jonás piensa: “¿Yo? No”. El libro relata que Jonás se negó a obedecer y al principio huye “de la presencia de Dios”, embarcándose rumbo a Tarsis. Durante el viaje, se produce una tormenta que amenaza con hundir el barco. Jonás confiesa al resto de los tripulantes que la tormenta era un castigo hacia él por haber desobedecido a Dios y pide que lo arrojen por la borda. Sus compañeros de viaje lo arrojan al mar y la tormenta se calma. Entonces, Jonás es tragado por una ballena. Durante tres días de permanecer en el vientre de la ballena, Jonás oró, pidió perdón a Dios por su desobediencia y promete cumplir con su misión. Dios, entonces, hizo que la ballena vomitara a Jonás, arrojándolo a tierra firme. Finalmente, Jonás se dirigió a Nínive a cumplir con lo ordenado.

Lograr lo deseado y la autorrealización

¿Qué nos pasa cuando algo inesperado -pero bueno- nos surge de repente? Las primeras reacciones frente a una propuesta “inesperadamente buena” pueden remitirnos a la actitud de Jonás de salir corriendo para el otro lado, de dudar, de preferir seguir con nuestra apacible vida y descreer de eso maravilloso que se nos presenta. Momentos de perplejidad y confusión.

La consecuencia del complejo de Jonás es que la persona se paraliza, se restringe, como si huyera del destino en lugar de seguirlo, incluso sabiendo que está en consonancia con su deseo. Ve a sus dones como una amenaza, no se siente a la altura de las circunstancias, y en vez de desplegarlos, los reprime. Con ello, reprime su más genuina identidad, su esencia, y no logra la autorrealización. 

Muchas formas de depresión se sostienen en esta dinámica de desconexión del sí mismo más elevado. Esto se ve reflejado en personas que ansían poder desarrollar algo más en sus vidas, que sienten la necesidad de emprender algo distinto, una materia pendiente artística, creativa o simplemente animarse a un nuevo proyecto, pero siempre hay algo que las restringe para poder desplegarlo. 

Maslow define a estas necesidades de expresión y crecimiento personal, más allá de lo material, “metamotivaciones” y “metanecesidades”. 

Una metanecesidad involucra la autorrealización y constituye de los más altos niveles de necesidades, después de que las necesidades más básicas han sido cubiertas.

La metamotivación es lo que mueve e impulsa a un individuo hacia la autorrealización y al desarrollo de sí mismo desde un lugar más trascendente. Es la expresión de un sí mismo más elevada, no desde el ego sino desde el alma. 

El complejo de Jonás atenta contra la autorrealización como logro máximo de las necesidades humanas, relacionado con el desarrollo personal, espiritual, y trascendente. 

Para Jung, el vientre de la ballena, considerado en varios mitos como un umbral mágico, conduce a los héroes hacia una segunda gestación; es una posibilidad de renacimiento.

Desde esta mirada trascendental y mitológica, gracias a este suceso, el héroe pasa un umbral y se introduce en un templo interior, que lo obliga a afrontar sus sombras y desafíos  personales. Tras este viaje mar adentro, el héroe -ya renovado- es arrojado de nuevo al mundo. Cuántas veces en la vida hemos atravesado un oscuro trance pudiendo salir, luego, renovados y conectados con nuestro sí mismo más genuino. 

La psicología transpersonal llama este proceso el atravesamiento de la propia sombra, un proceso de transformación personal, que implica conectarse con aspectos de uno mismo para poder trascender y acceder a la plenitud.

«Y cuando la tormenta de arena haya pasado, tú no comprenderás cómo has logrado cruzarla con vida. ¡No! Ni siquiera estarás seguro de que la tormenta haya cesado de verdad. Pero una cosa sí quedará clara. Y es que la persona que surja de la tormenta no será la misma persona que penetró en ella.» 

Haruki Murakami.


Lic. Valeria Bedrossian

valeriabedrossian@gmail.com
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Comments

  1. Margarita Diana farias comentó:

    Es verdad . Lo he experimentado y de hecho muchas veces llegando a mi sueño dejo de lado todo y me acomodo nuevamente en mi molde . Hoy estoy experimentando este síndrome. Y en tratamiento ya que me animé a soltar y lograr mi objetivo pero apareció el pánico. Gracias por definir en palabras este tan loco sentimiento de éxito/ Fracaso.

    1. Valeria comentó:

      Gracias por comentar algo que a todos, en mayor o menor medida nos sucede. El desafío es poder darnos cuenta para no quedar tomados por ese complejo, y trascender los miedos. Si es necesario, por ese período que aparece el pánico, pedir ayuda para no pasarla demasiado mal. Irán apareciendo los resortes internos para resolver los miedos. Gracias!

  2. Victoria comentó:

    Excelente artículo. Gracias por ayudarme a salir del viente de la ballena. Siempre acompañándome en momentos en que verdaderamente dudé de todo. Y ahora veo que es posible salir transformados y confiar. Gracias Valeria.

    1. Valeria comentó:

      Gracias Victoria, nuestro recorrido ha sido verdaderamente «Camino del héroe» entre tantas vicisitudes. Lo bueno es poder ver mirando para atrás todo lo logrado y la confianza que genera sentir que uno puede. Un abrazo!

  3. Yanina Bosicovich comentó:

    Excelente blog! Muchas gracias por compartir valiosas herramientas para el autoconocimiento.
    Saludos desde Mendoza

    1. Valeria comentó:

      Hola Yanina, me alegro que sea de utilidad, un placer. Gracias por tu comentario. Saludos

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